jueves, 16 de septiembre de 2010

Una Dulce Mirada al Maratón ...

Sin lugar a dudas el maratón es la prueba más extenuante del atletismo, para quienes la corremos no solo esta a prueba la capacidad física del organismo, más allá de eso, el espíritu y la fortaleza mental libran una feroz batalla, porque una vez que llegas a “la pared” (alrededor del K30, donde tu organismo ya quemó todo su combustible), existe una delgada línea que por segundos tu cerebro puede decir “ya no más” o bien “terminemos”.

La mirada, está, mi dulce mirada al maratón y que hoy comparto contigo no es de alguien que busque batir records mundiales, estoy muy lejos de ello, pero sí, de romper los records personales y más que eso aplicar lo aprendido, es una mirada marcada en 3 tiempos, el antes, durante y después del maratón.

En el primer tiempo, tengo claro que durante todas las competencias que he de correr durante el año, esta el considerar correr al menos 1 maratón, por cuestiones practicas siempre reservo la fecha del que se corre en la Cd. De México, pero por supuesto con la esperanza de correr algún otro, en algún otro lugar. En esta ocasión se trata del XXVIII Maratón de la Ciudad de México.

De tal manera y a sabiendas que la base, es decir, la resistencia, ya está bien cimentada es que me siento seguro y confiado para emprender y enfrentar esta dura prueba, sin embargo a lo largo de este año he puesto más énfasis en las carreras de montaña, los resultados hablan por si solos, tengo un par de medios maratones por debajo de las 2 horas y algunas carreras de 10K por debajo de los 50 min. Gracias Montaña por haberme dado fuerza, por haber consolidado la resistencia y traducirlo en velocidad para competencias más cortas.

De igual manera consolide mi serie de ejercicios de lubricación y estiramiento para antes y después de cada competencia y sigo teniendo claro que la mejor inversión hasta el momento es la bici fija con la cual hago recuperación, ritmo y sobre todo cuando el tiempo apremia (por trabajo u otras cuestiones) y el clima se ponen en contra, es la mejor herramienta de entrenamiento.

Gracias a los amigos y familia, este año me fue mucho más fácil tener mis tabletas DEX4 (glucosa de 4 gr.) las cuales son más fáciles de transportar y utilizar durante entrenamientos y competencias, así es que puedo luchar contra las hipoglucemias que sé aparecen después de 1 hora de competencia continua, aunado a ello me queda la experiencia previa de hidratación que debo seguir combinando agua, gatorade y gatorade sin azúcar, ¡gracias por el G2!, aunque en USA además existe el Powerade Zero, ¿cuándo llegará aquí?.

Previo a la competencia, las calles de la Cd. De México comienzan a lucir sobre su asfalto una línea azul, la línea que marca la ruta que hemos de seguir los miles de corredores, se vuelve obsesión y pesadilla a la vez, es un enemigo a vencer, ahí esta y literalmente hay que pasarle por encima.



En el ambiente se respira ya ansiedad, algunos, por momentos tenemos ya ganas de escuchar el disparo de salida y poner en funcionamiento nuestra maquinaria, pero viene lo bello de ir por el paquete, de ir por tu número, que orgullosamente portaras en el pecho y aunque serás un perfecto desconocido para quienes te ven en ruta o en meta, tu número, te hará ser alguien, alguien con cuerpo, espíritu y voluntad de hierro.

Este año y gracias a facebook fui invitado a participar donando mis kilómetros para ayudar a personas que sufren de tumores cerebrales, Luz Elena Arriaga, brillante corredora dono también sus kilómetros, solo que descalza y fue ella quien me invito a participar de esta noble y bella causa, hasta el momento sé que logre vender 20 de mis 42K, así que “con cada paso, un kilómetro, con cada kilómetro, una esperanza de vida”. Gracias a quienes compraron mis Kilómetros, yo no fallé y no me raje, juntos lo hicimos.



Pero llego el día, la noche previa al maratón, a dejar todo listo, outfit, mi kit de supervivencia (glucómetro, Dex4, barras de cereal y glucerna, tilikos) y a tratar de dormir temprano y digo a tratar porque la adrenalina no te permite cerrar el ojo.

12 de Septiembre del 2010, las 4:45 am, suena la alarma del despertador, verificación en ayunas de glucosa, el resultado es 91 mg/dl, mejor no se puede, así que a desayunar se ha dicho, mientras el proceso digestivo hace lo propio, nos vestimos, revisamos el facebook de ultimo momento y ha llegado el momento de partir, 5:45 am y rumbo al centro histórico, ubicar un lugar de estacionamiento cercano al zócalo, Plaza Juárez es el lugar seleccionado, llamo a mi hermano Jorge a su celular para darle indicaciones de cómo llegar, 6:30 ya estamos ambos estacionados y armados hasta las muelas (chip y número), nos encaminamos hacía la línea de salida, el nervio como siempre hace que tenga yo que hacer nuevamente escala técnica mientras Jorge consigue vaselina.



Escuchamos atentos el “himno a la alegría” que se ha entonado para la salida de las damas, las 7:00 en punto y el estallido de fuegos artificiales marca el inicio de la justa deportiva para ellas quienes a carta cabal demuestran que de “sexo débil” no tienen nada. Se abren los bloques de corredores en la categoría varonil y allí estamos, en nuestro lugar de salida y ¡oh sorpresa! ...Batman a nuestro lado.


Es el momento de mi primer chequeo de niveles de glucosa, bien pero en el límite inferior, 77mg/dl, así que a compensar de inmediato, hacemos uso del primer tiliko junto con la barra de cereal, la combinación de hidratos de carbono simples y complejos para asegurar tener un buen inicio de competencia.

Se escuchan los acordes de la banda de guerra de la Secretaria de Marina que entona nuestro himno nacional, es simplemente precioso escuchar a miles de almas cantando, el orgullo de ser Mexicano a flor de piel, nuevamente un fuerte estallido y fuegos artificiales marcan el inicio de la competencia, son las 7:15 hrs.

El inicio de la ruta consiste en rodear el zócalo capitalino y enfilarnos hacía lo que será una nueva ruta con 10 kilómetros iniciales de subida constante, el ambiente dentro del pelotón de corredores es increíble, mucho apoyo, muchas porras, bendiciones, agradecimientos entre nosotros mismos, todos vamos al mismo lugar, somos Mexicanos y somos hermanos y por supuesto vamos con todo contra los Kenianos, en buena lid y desde luego reconociéndoles que son fuera de serie, no corren, ¡flotan!.

Rápidamente damos alcance al contingente femenino en el desnivel de Av. Chapultepec, el eco del lugar hace del “México, México” algo ensordecedor pero sobre todo algo muy emocionante y hasta el cuero se nos enchina. Ahora vamos juntos, hombres y mujeres por igual con un mismo objetivo, cruzar la meta.

La zona de Polanco sobre Ejercito Nacional marca los 10K, nuevamente a verificar niveles, esta vez el resultado es 98 mg/dl, ¡vamos perfecto! Pero en breve el metabolismo acelerado por la competencia hará lo propio, así que 1 Dex4 y en el K15 un poco de Gatorade para asegurar mantener ese nivel. La marca de los 20K y mi cuarto chequeo arroja nuevamente 98 mg/dl, voy parejito, ¡carajo!, me emociono, me alegro y me siento motivado y sobre todo, sin preocupación porque hasta el momento no hay hipoglucemias, así que aplico la misma dosis, 1 Dex4 y en el K25 Gatorade.

Entroncamos a los que van un poco rezagados del medio maratón que partieron a las 8:30, ahí van mi Hermano Beto y mi sobrino Beto Jr., nuevamente el contingente crece y ahora intentaré dar alcance a los Beto´s para hacer una llegada juntos en meta.

El K30 sobre Mixcoac, el glucómetro marca 91 mg/dl, ¡enorme, genial! Y para no variarle ante resultados tan excelentes, 1 Dex4 y el K35 más gatorade. Siento ya un poco de cansancio en tobillos y rodillas, así que aprovecho mi escala técnica sobre Avenida de los Insurgentes para hacer rápidamente algunos ejercicios de lubricación y estiramiento y me llueven vecinos y espectadores, unos me ofrecen vaselina, otros dulces, uno más coca-cola pero lo que más vale, las frases de cada uno de ellos alentándome a terminar: “vamos, tu puedes”, “te falta poco”,”Ya casi terminas”, “vas muy bien”, Mil gracias por tanto cariño.

El K40, ya estoy ahí, a punto de terminar y mi corazón se llena de euforia, de gozo, glucómetro en mano y vamos al 6º test, 82 mg/dl, ¡wow!, estoy terminando entero pero sé que el metabolismo en ese punto hará que ese nivel rápidamente se vuelva nada, así que ahora 1 tiliko y mientras lo como un trío de espectadores totalmente ignorantes de mi condición pero con ánimos de hacerse los graciosos me gritan “no es banquete, es carrera, deja de comer guey...”, acto seguido, parece que me pusieron un cohete en la cola porque me regrese a decirles de todo y a retarlos, el resultado, un sorprendente acto de solidaridad, un corredor que venía a mi lado que se percato de todo, se regreso conmigo a enfrentarlos y con él sus hijos y sobrinos, claro era de esperarse, se echaron para atrás. Lo sé perdí la cabeza por una estupidez de otros, pero la falta de sensibilidad de esos que se llamaban “espectadores” se convierte en falta de respeto por un comentario echo a la ligera. En fin, retomo mi ruta y paso para enfilarme a la recta final.

Kilómetro 41 y entonces les marco por celular a mi esposa Patty, a mi hija Ilse, nada, segundo intento y por fin, Ilse me contesta, le hago saber que ya estoy a punto de llegar, ella me dice de que lado se encuentran y me cargo hacía el costado izquierdo. Gracias Dios por tan bello momento, no solo están mis hijas, también están mis sobrinos, mi mamá, una de mis cuñadas, ¡lo hice!, una vez más 42.195 K y justo al terminar de cruzar la meta, mi esposa, me dirijo hacía a ella para besarla y agradecerle, es momento de ver el reloj, marca 4:41:03 eso es para mi un nuevo record, mientras camino sobre la zona de recuperación, no puedo evitarlo, unas lagrimas ruedan por mis mejillas, esfuerzo, dedicación, entrenamientos seguros y dirigidos, excelente hidratación, muy buena compensación de glucosa han dado como resultado un maratón exitoso.

Me encuentro a Beto mi hermano que por poco y lo alcanzo, Beto mi sobrino voló literalmente e hizo su mejor medio maratón hasta el momento, él ya esta con la porra, Beto y Yo esperamos en la zona de recuperación a Jorge quien ya esta a minutos de lograrlo, 7 minutos después él también ha conseguido por mucho mejorar su marca ¡Felicidades Hermano!, ya estamos juntos los 3 García.






















Nos reunimos con nuestra flamante porra, fotos, abrazos, felicitaciones, bromas y un helado de chocolate light de Santa Clara sobre Av. Madero es uno de tantos premios mientras vamos por el coche para irnos a casa a descansar (al menos yo).

Ya en casa, unos cuantos ejercicios de estiramiento, un bañito, un analgen y a dormir se ha dicho, resucite 3 horas después, a reponer carbohidratos, ¡pizza! Y a seguir descansando, a bajar fotos y diplomas, verificar tiempos, postear en facebook, felicitar a los otros corredores que aunque en vivo y a todo color no les conozco a la mayoría, las redes sociales han hecho que seamos un gran grupo.

Hoy y al momento de redactar estas líneas en mi mente aún está el recuerdo de la gente de La Condesa que con su característica hospitalidad de siempre, nos dio de todo, los restauranteros de Polanco resignados a no tener clientes en esos momentos pero sin dejar de animar, la cantidad de grupos de jóvenes de entre 15 y 20 años de edad que a lo largo de toda la ruta nos animaron, aunque los que estaban en el K40 ya lo hacían sentados sobre la banqueta, los diferentes pelotones de ejercitos de otras naciones que nos hicieron valla al pasar por Campo Marte y Auditorio y la porra de un tal Ricky que ataviados con playeras “verde fastidiame la retina” le seguían por toda la ruta, por algunos momentos, muchos fuimos “Ricky” y sentíamos las porras como propias.





Este fue mi 4º maratón, no tuve que enfrentar hipoglucemias, para quien no vive con diabetes, esto quiere decir que no tuve que enfrentar “paredes” cada 10K o cada 30 ó 40 minutos de competencia. Me alegro de haber encontrado el equilibrio y sobre todo de que pude aplicar de manera efectiva lo aprendido en mis 3 anteriores maratones. El nuevo reto y con el conocimiento adquirido en este maratón, consistirá en ir ahora por una mejor marca, siempre con la firme convicción de llegar y llegar bien, con el propósito también, de motivar a quienes viven con una condición de vida diferente (cáncer, diabetes, etcétera) a que se cuiden y a que no aten y condicionen su vida a un padecimiento.

Nuevamente gracias por leer, por acompañarme en este devorar y aplanar kilómetros paso a paso, espero que mis líneas te hayan hecho vivir por unos momentos ese momento mágico y enigmático que es cruzar una línea de meta, un momentote gloria, donde los hombres por segundos nos convertimos en Dioses, recuerda, nos vemos donde siempre ... ¡¡¡En La Meta!!!



Un abrazo, Edgar.