miércoles, 21 de diciembre de 2011

Maratón 2011: Retando a La Bestia ...



Dicen que no hay quinto malo y este año coinciden 2 cosas, mi quinto año viviendo con Diabetes tipo 2, lo cual efectivamente no es nada malo, todo lo contrario, pues mantengo mi control estable y por otro lado habré de enfrentar por quinta ocasión a la Bestia de los 42.195 Kilómetros llamada Maratón.

El Maratón de este 2011, inicio el día que termine el del 2010, me llevo 4 maratones aprender sobre el desgaste en mi organismo en una prueba tan extenuante como lo es correr 42 kilómetros, aprendí a forjar y formar resistencia, pero no basta solo eso, así que para el 2011 decidí no solo enfrentar a “La Bestia”, además de ello decidí retarla, ¿Cómo? … logrando pasarle por encima, primero por debajo de mi record personal; segundo, hacerlo en 4 horas y por ultimo, vernos donde siempre ... ¡En La Meta!

Mis anteriores ediciones de maratón fueron todas muy por arriba de las 4 horas, ahí están los números, fríos como siempre y que lo único que reflejan es que soy “lento pero seguro”, solo que el espíritu competitivo quiere siempre un poco más.



Con la plena conciencia de que la resistencia estaba más que cimentada habría que trabajar entonces en velocidad, pero cuando vives con Diabetes el reto es doble porque además hay que controlar las hipoglucemias que hacen acto de presencia después de 1 hora de competencia continua y que por precaución hacen que disminuya mi ritmo de carrera hasta no restablecer un nivel óptimo de azúcar. Por lo tanto hay que encontrar ese umbral que permite estar con un nivel de azúcar en rango y que además me deje ser más veloz ya que a mayor intensidad de ejercicio, mayor gasto de energía, así de simple.
Sin exagerar y cuidando de no lesionarme los puntos clave de entrenamiento este año fueron:

1) Carreras más cortas pero más rápidas (entre 8K y 10K a ritmos de entre 5:30, 5:00 y hasta 4:40 min./Km.)

2) Trabajo de fuerza a base de ascensos en pendientes prolongadas pero poco grado de inclinación en rutas de 8K, 10K y 12 K. Así mismo sesiones de escaleras para compensar series de velocidad (que por falta de pista –a la mano y bien marcada - no hice)

3) Estiramiento de piernas en cada sesión de entrenamiento aprendido en Wharton Performance©

4) Entrenamiento grupal, sin duda una experiencia fabulosa con el grupo de corredores Runners+©, ya que hasta antes de iniciar este año era corredor solitario, pero tengo en claro que correr en grupo te vuelve competitivo pues tienes compañeros que te “jalan” cuando crees que ya no puedes dar un paso más o bien te hacen y ayudan a ir más rápido.

5) Respetar todas y cada una de las rutas largas una vez iniciadas (20K, 24K, 26K, 30K, 32K y 36K)

6) Los días Lunes invariablemente se volvieron de “Descanso Activo”, es decir, con sesiones de bicicleta fija, sin tensión y trabajando ritmo de pedaleo entre los 25 y los 30 Km./hr.

De tal manera que estamos listos, puestos y dispuestos a una vez más a dejar el alma, corazón y vida sobre el asfalto, conforme pasan los entrenamientos voy adquiriendo confianza de que conseguiré derrotar a la Bestia acorde a lo planteado.

Los records uno a uno han caído, sin duda soy un corredor medianamente más rápido. Aquí una comparativa de competencias en las que participe previas al maratón y con lo que eran mis mejores marcas en años anteriores:





La convocatoria ha sido publicada y no puedo esperar, me inscribo a los dos o tres días de publicada la convocatoria para reafirmar el compromiso, Mí compromiso, orgullosamente portaré el número 367. Conforme el tiempo avanza, el nerviosismo aumenta, la adrenalina fluye, estoy inquieto y en mi deambular por las calles busco la línea azul que marca la ruta que habremos de recorrer y está no aparece,  ahora lo entiendo y sé porque, hubo al menos tres cambios de ruta desde que se publicó la convocatoria.

El tiempo ha transcurrido y estamos a una semana de la gran batalla, semana de “relax” (tapering en el argot Runner), se acabaron las sesiones duras, las cuestas, las distancias largas, solo “easy runs” para que la mente genere en el cuerpo una “demanda” por salir a devorar kilómetros.

Una imagen dice más que mil palabras, Viernes 26 de Agosto y acudo por mi paquete, ¡Oh sorpresa!, la frase (Mi Frase) que uso en todas y cada una de mis carreras nos recibe y comienzo a pensar seriamente en pedir y cobrar regalías a Marcelito por atreverse a usarla sin mi consentimiento, por lo pronto tendré que registrarla con el respectivo copyrigth©.



Recibo mi chip, mi número, playera y el resto de souvenirs, recorro la expo que se ha montado, busco entre los asistentes algún conocido, saludo y deseo suerte a otros compañeros de la chancla y el asfalto con los que me encuentro. Estampo mi dedicatoria en el muro que se ha colocado para ello.



Ahora hago una última revisión a la estrategia y plan de carrera, dicho sea de paso, esta es la primera vez que planifico kilómetro a kilómetro una competencia, así que en teoría también todo está listo para cumplir con los objetivos.



Algunos amigos me han preguntado por la ruta que seguiremos las miles de almas que correremos el maratón y el medio maratón, así que mando ruta gráfica y mi plan de carrera, la verdad me entusiasma la idea de saber y pensar que alguien pueda irse a parar en alguno de los puntos donde pasaremos y me brinde además de un saludo alguna palabra de aliento.

Viernes por la noche, cena de carbohidratos con Runners+, todos juntos, medio maratonistas, maratonistas y porra compartiendo un rato ameno y placentero, de convivencia, se habla, se respira y se come solo de running, todos estamos ya con la adrenalina al 110% y más de uno deseamos ya estar en el asfalto. Es digno de reconocer que de los que habitualmente entrenamos, un alto porcentaje ya es y otros tantos decidieron convertirse en maratonistas.



Sábado previo al maratón, mi primo Lalo se ha ofrecido de último momento a ayudarme con mi playera del equipo para colocar tres logos, mis tres causas que quiero y deseo recorran conmigo los 42 kilómetros, quiero que todo aquel que me vea cruzar las calles de la Ciudad de México sepa que no solo es correr por correr, que estoy comprometido con mi padecimiento y me solidarizo con otros que viven con una condición similar a la mía, es una pequeña manera de retribuir algo de lo mucho que he obtenido de ellos. En el reverso van los logos de la red social de EsTuDiabetes.org y el de Red de Acceso; al frente el logo del círculo azul que conmemora el Día Mundial de la Diabetes, además voy a usar las lycras de mi otro equipo: DiabeSport. Muchas gracias Lalo, gran detalle y estupendo trabajo, muy significativo para tu servidor.



Sábado por la noche, ya estamos a menos de doce horas de iniciar la gran aventura, para bajarle un poquito, pero solo un poquito a los nervios y a la ansiedad, previo a cenar y a ir a descansar, preparo y dejo listo todo el outfit así como mi kit de supervivencia, nada puede faltar, todo tiene que estar perfecto.



A dormir, a relajar el cuerpo y dejar que la mente siga soñando con la meta que esta a unas horas de ser alcanzada, porque no hay duda que mientras tengamos en el consciente y en el subconsciente nuestros objetivos estos siempre serán realizables, así que a soñar con cada kilómetro a recorrer , a soñar por quinta ocasión con un momento de gloria, para vernos ahí, donde dijimos, donde siempre … ¡En La Meta!.

Cruzando el Atlántico, he recibido en días previos al maratón una grata sorpresa, sin duda, uno de los mejores regalos que me han obsequiado; cargado con toda la buena vibra que alguien me puede enviar, ahora tengo mi dije con el símbolo del OM (Mantra Hindú que significa en equilibrio entre lo físico y lo espiritual), gracias Belén por tan lindo detalle que siempre me acompaña por todos y cada uno de los caminos que recorro.



Domingo 28 de Agosto del 2011, las 4:30 hrs. Suena el despertador, es hora de levantarnos y previo al desayuno realizó mi primer monitoreo de glucosa, amanecemos perfectos con 97 mg/Dl de azúcar en sangre, lo tomo como un presagio de que todo irá bien en este día, a desayunar acorde a mi plan alimenticio (otros le dicen dieta), nada nuevo solo agregamos una carga extra de carbohidratos en cereal. 

Ya estoy desayunado y ataviado, el reloj marca las 5:30 hrs. Es momento de partir al punto de reunión con los Runners+, así que me enfilo hacía el centro y como ya es costumbre estaciono el auto en Plaza Juárez, llego en pocos minutos y camino hacía el hotel Hilton ubicado en Av. Juárez y ya estamos todos juntos, listos para salir y enfrentar a la bestia. Aún está oscuro y a nuestro paso hacía el zócalo capitalino únicamente encontramos corredores y familia o amigos que les acompañan, es una mañana fresca, una mañana en la que se respira ambiente de maratón.  Las damas salen primero, así que apresuramos el paso para asegurar que nuestras co-equiperas lleguen con tiempo al punto de partida sin contratiempos, una vez más el “sexo débil” demuestra a carta cabal que esa manera de llamarles es solo un mito, la realidad es contraria y se queda corta a lo que en verdad las mujeres pueden hacer, mi respeto y admiración para cada dama maratonista. Las chicas se encuentran ubicadas en el bloque de salida.



Son las 6:45 hrs. Y es necesario hacer la segunda medición de glucosa, el tiempo transcurrido desde el desayuno y el trote de calentamiento han consumido parte de mi combustible, el glucómetro marca 69 mg/Dl, al borde de iniciar una hipoglucemia, así que a compensar con dos pastillas Dex4 de 4gr. Cada una más una barra de cereal para poder iniciar la competencia en unos minutos más.

Se escuchan las notas de nuestro himno nacional, la cuenta regresiva y ¡booom!, el cañonazo de salida para las damas, las 7:00 hrs. Ellas salen a entregar también alma, vida y corazón, nosotros los caballeros ingresamos a nuestro bloque de salida, cada corredor hace ajustes de último momento, apretar las agujetas, verificar reproductores MP3, alistar cronómetros , movimientos suaves de estiramiento, todo parte de la emoción y las ganas por ya salir a devorar kilómetros. Se escucha nuevamente el himno nacional que nuevamente hace vibrar todas y cada una de mis fibras patrióticas, cuenta regresiva, cañonazo de salida y ¡allá vamos! 



Rodeamos el zócalo y nos enfilamos hacía Av. Juárez para incorporar a Reforma, veo pasar los primeros tres kilómetros a un ritmo más rápido del planeado, voy a 4:40 min/K, es la euforia del arranque e inicio del maratón, me van jalando todos los corredores, sé que debo ajustar y reducir mi ritmo para asegurar cumplir mi plan. Justo al pasar el kilómetro 4 recibo la primer sorpresa, veo a mi hermano Jorge que se alista para salir en el contingente que correrá medio maratón, me saluda y me brinda ánimos, él se queda a esperar a mi otro hermano Beto, mi sobrino Beto Jr. Y a Lalo mi primo a quienes intentaré alcanzar para llegar juntos a la meta.

El kilómetro 5 y el ángel de la Independencia nos saludan, respetando mi estrategia de hidratación y compensación de azúcar, bebo Gatorade , sigo luchando por reducir mi ritmo, a la par de mi se encuentra corriendo gran amigo y corredor: Mike Castañeda. 



El kilómetro 10 en el corazón de Polanco esta a la vista, hago mi tercera medición, un perfecto 98 mg/Dl aparece en pantalla, nuevamente bebo Gatorade en el puesto de abastecimiento y además agrego una Dex4, es lo planeado para mantener mi ritmo de carrera que en esos momentos por fin pude establecerlo en 5:25 min/K.  A partir de este kilómetro empiezo a encontrar amigos runners, solitarios, de otros equipos y clubes, paso a unos cuantos y otros tantos me pasan a mí, no importa la playera que cada uno porta, ni la velocidad que cada uno lleva, simplemente somos corredores compartiendo una vez más como otras tantas el asfalto. Kilómetro 15, ritmo de 5:30 min/K y nuevamente Gatorade, corriendo obre Reforma en dirección al centro a la altura del metro Auditorio.

El kilómetro 20 aparece, voy al cuarto test de glucosa, 73 mg/Dl obtengo por respuesta, Gatorade y una Dex4 para compensar pues si bien estoy en rango, ese nivel de azúcar ya es bajo y el ritmo de carrera que ahora es ligeramente más rápido (en 5:15 min/K) ocasionará que rápidamente se consuma, aprovecho para hacer una breve escala técnica que me consume aproximadamente 1 minuto. Estamos en plena Roma – Condesa, la avenida Oaxaca y lo que sería aproximadamente el kilómetro 23 nos recibe con un grupo de apoyo de los Runners+, otros grandes amigos  y corredores Juan Manuel Audelo y Eduardo Rodríguez nos saludan y regalan fotos, momento que uno aprovecha para “tirar rostro” e inyectar ánimo y júbilo a nuestro sentir y pensar en ese momento pues ya hemos superado la mitad de la prueba, pero lo mejor y más duro esta por venir.



Kilómetro 25, saliendo de la Condesa para incorporar a Av. Revolución que se torna en un río casi escarlata, hemos entroncado ya con los corredores de medio maratón, aquí el contingente crece, a los del medio maratón se les nota la alegría en el rostro, van frescos recién unos kilómetros atrás iniciaron su prueba, los que vamos en el maratón reflejamos otra cosa, concentración, enfocados, estamos a media prueba, tomando decisiones entre mantener, aumentar o disminuir el ritmo, La Bestia cambia con cada kilómetro, así que lo mejor es mantener la estrategia, sigo en ritmo de 5:15 min/K. Mentalmente la Avenida Revolución representa uno de los retos en la ruta pues representa una prolongada pendiente de 4 kilómetros de longitud. Justo y casi para finalizar este tramo, en el kilómetro 29, un regalo más del maratón para su servidor, SanduK mi amiga y pupila (de medio maratón) se une conmigo para acompañarme por unos cuantos kilómetros, ella también vive con Diabetes así que lo primero que hace es preguntarme como estoy, me ofrece ayuda cuando pasamos el kilómetro 30 ya que era necesario hacer mi quinta medición de glucosa, 106 mg/Dl indican una buena compensación desde el K20, platico poco con ella, voy muy metido en mi carrera y driblando corredores rezagados de maratón que están enfrentando a la pared y a uno que otro ya cansado o de ritmo lento del medio maratón, ¡hay mucho transito humano!, nuevamente llego a la conclusión que es mil veces ver llena una avenida como lo es la de los Insurgente infestada de “Maquinarias Humanas” que con Máquinas de combustión interna, cruzamos el kilómetro 33 y ella se despide dejándome sus mejores deseos y buenas vibras para concluir la prueba, SanduK el apoyo en ruta es sumamente valioso de lo más apreciado por cada corredor, se vuelve estimulante, gracias de todo corazón por compartir esos kilómetros conmigo, fueron oro molido, no hubo pared. 

A estas alturas ya he dado alcance a algunos Runners+ que corrieron medio maratón, recuerdo a Ale Gaucin, al Inge Carreño, Karla Zepeda todos ellos a paso firme, concentrados en lo suyo. El kilómetro 35 hace su aparición, nuevamente estamos en la colonia Roma solo que del lado de Insurgentes. En lugar de pared, enfrente “la venganza de Moctezuma” (mi conclusión es que lo ácido del Gatorade ocasiono este ligero malestar), afortunadamente los organizadores tuvieron a bien poner baños cada 5 kilómetros, así que aprovecho para hacer lo propio, por la perdida de ritmo mientras duro la escala técnica, antes de reiniciar, realizó estiramientos, compenso con Gatorade y hago uso de mi arma secreta para el cierre: ¡Un pulparindo! que con sus 12 gr. De azúcar me asegurara terminar la prueba entero pues a estas alturas el desgaste energético es bárbaro y la aceleración del metabolismo hará que las Dex4 de 4 gr. Se vuelvan nada. Fue una escala técnica de aproximadamente 5 ó 6 minutos, reviso mi plan de carrera y veo que no hay peligro, que el objetivo sigue dentro de lo estimado y que estoy próximo a cumplirlo.

Cruzó la Glorieta de los Insurgentes, una pequeña pero canija pendiente por su grado de inclinación y por el kilometraje recorrido a esas alturas (aprox. 37 kilómetros), llego a Reforma y me enfilo hacía la esquina que se forma con Bucarelí, ahí sé que se encuentra otro de los contingentes de apoyo de Runners+, es el kilómetro 39, vengo a un ritmo de 6:00 min/K y veo a Aurea, Juan Pablo, Valeria, Erika y otros más (disculpen si no los menciono a todos), pero lo que Yo y otros compañeros vivimos en este punto gracias a Pedro García fue simplemente maravilloso, él se empareja conmigo y me ofrece de todo: agua, coca-cola, dulces, chocolate, naranja, plátano pero lo más valioso, sus palabras, nunca voy a olvidar el “te ves entero”, “vas muy bien”, “ya falta poco”, con esa gran carga emocional y el espíritu fortalecido me enfilo hacía los últimos kilómetros. 



Me encuentro sobre el kilómetro 40 sobre el Eje Central, debería haber realizado aquí mi sexta medición, pero me siento confiado y además sé perfectamente por síntomas físicos que vengo bien, ya no saco mi glucómetro y simplemente me dispongo a disfrutar los últimos 2 kilómetros de la competencia, justo en ese momento me encuentra Adriana Ávila, amiga y gran corredora a quien solo tenía el gusto de conocerle a través de los medios electrónicos, ella me reconoce por la playera y nuevamente recibo una descarga de estímulos, al escuchar sus palabras de “Te ves muy fuerte” sale combustible extra para cerrar dignamente mi quinto maratón. Acelero un poquito, paso el kilómetro 41 y mando mensaje por celular a mi familia que ya me esperan en meta, encuentro y paso a Mike Castañeda y a nuestro nuevo amigo tapatío Guillermo quien venía terminando su medio maratón.

Mis hermanos Beto y Jorge, sobrino Beto Jr. Y primo Lalo ya concluyeron el medio maratón, por los tiempos realizados por ellos y el mío, estuve a menos de 10 minutos de alcanzarlos, aquí una foto de mis hermanos en su momento de gloria porque dicho sea de paso es hasta el momento, su mejor 21K.



Estoy pasando el kilómetro 42, restan 195 metros, veo mi cronómetro y me doy cuenta de que voy a conseguir mi objetivo de correr en 4 horas, mejor que eso, ¡correr abajo de las 4 horas! y justo cuando mi reloj marca las 3:51:15 (y el oficial un poco más) cruce el umbral que una vez más me convirtió en Dios del Olimpo por unos instantes, efímeros sí, pero que en mi mente y corazón están tatuados y una vez más viví la gloria, nada como el sabor de la victoria, nada como retarse y vencerse uno mismo. 



Al momento se agolpan en mi mente todos los instantes previos al maratón: entrenamientos, mediciones de glucosa, plan de carrera, cena de carbohidratos, competencias previas, estiramientos, ir por el paquete y muchos más. Todo cuenta y todo suma, ha sido un gran esfuerzo, conseguí una vez más vencerme en lo físico y en lo mental, aprendí nuevamente de mi metabolismo y su comportamiento, se ratifica nuevamente que “Con Diabetes Se Puede”. No pude evitarlo (ni hubiese querido hacerlo), llore, llore como un niño, lágrimas de felicidad y de gozo por haber conseguido mi meta.  Por haber vencido a “La Bestia”.



Al observar mis tiempos: Planeados Vs. Realizados (los oficiales y los registrados en mi cronómetro), esbozo una sonrisa de gran satisfacción, un gran plan, una gran ejecución, un gran objetivo cumplido, así de fácil, así de simple. La Bestia merece respeto,  si la consideras cualquier cosa te hará pagar el precio durante la carrera y posterior a ella, pero si la enfrentas con valor, decisión, preparación y humildad la podrás vencer y entonces orgullosamente te llamarás “Maratonista”.



Vivir con Diabetes, no es fácil, no es gripa, no hay conjuros ni pócimas mágicas que te devuelvan la salud, como tampoco lo hay medicina o tratamiento alterno que haga que desaparezca, pero existe el buen control basado en alimentación balanceada y acorde  a un plan alimenticio, respetar tu medicación y análisis clínicos, ejercitarte, aprender y documentarte sobre la enfermedad, mantener una actitud positiva y el monitoreo, esto se hace un día a la vez, porque así se vive la Diabetes “solo por hoy”.

Aquí dejo una imagen del monitoreo realizado de Enero a la fecha en el que corrí el maratón, cada lanceta y cada tira reactiva es una punción en mis dedos, ¿duele?, a veces si y a veces también, antes o después de cada punción hay toma de decisiones referentes a medicar, a la ingesta de alimentos así como la manera de entrenar (en función de cantidad e intensidad) y desde luego, en como poder y saber compensar durante, los entrenamientos de distancia, las carreras de montaña, medios maratones y por supuesto mientras nos mantuvimos retando a La Bestia, cada punción en mis dedos me ha dado la oportunidad de conocer más sobre mi organismo y así darles a Ustedes, familia y amigos que estoy cumpliendo mi promesa de siempre cuidarme. Porque cuando la palabra se empeña, lo menos que puede hacerse es cumplirla y si en correr se me va la vida y la vida es un juego en el que todos participamos, no queda más que saber y entender “que una deuda de juego, es una deuda de honor”, señores al día de hoy, están pagados.



La otra vista del maratón, la otra medalla, la invisible, la que nadie coloca en mi cuello, la que solo yo sé, vivo y siento día con día, que si bien fue narrada a Ustedes en párrafos previos, aquí esta, mis lecturas de glucosa durante el reto a La Bestia con su respectiva documentación de cómo compensar, eso no esta en los libros, no me lo contó el primo de un amigo, no aparece aunque lo busques en yahoo o en google.  Esto es VIVIR con Diabetes. Esto es CORRER con Diabetes. Esto es Retar a La Bestia del Maratón y además ... ¡Ganarle!.



Infinitas gracias a Dios, a mi familia, a mis amigos, a la banda Runner especialmente a mi otra familia los Runners+, a la comunidad de la red e Acceso, a la comunidad de EsTuDiabetes, al público en general que siempre esta presente en estas y otras justas deportivas y que son un gran incentivo para nosotros los corredores. Espero hayas disfrutado la lectura, gracias por tu tiempo y recuerda, nos vemos donde siempre ... ¡En La Meta!.

Un abrazo, Edgar.

PD ... Gracias a todos los que directamente o indirectamente contribuyeron con sus fotos para poder documentar esta historia.