viernes, 24 de junio de 2016



¿Cuánto cuestan 5 Kilogramos?

El día de ayer por la tarde fui dado de alta por parte de mi médico especialista en nutrición clínica, se logró el objetivo: recuperar 5 Kilogramos de peso en músculo, sin aumentar (incluso perder) grasa (si es visceral, mejor), mantener níveles de glucosa estables y lípidos (triglicéridos y colesterol) normales.
Este proceso desde que salí del hospital llevo casi 7 meses, pero desde que asistí por primera vez a consulta hasta el día de ayer, se cumplieron 5 meses con 2 días.

Todo un reto, sin duda alguna.

En el proceso aprendí a mejorar mi consumo de proteínas (animal, vegetal y suplemento – grado médico, es decir, no cualquier polvo o pastilla de esos que abundan por doquier y que la gente se mete sin la adecuada asesoría profesional) y de grasas (sanas) básicamente. Con los conocimientos previos de conteo de carbohidratos, intercambio de alimentos, fue más sencillo equilibrar la ecuación, porqué además hubo 3 ajustes en el medicamento para controlar mi diabetes así como la cantidad y tipo de ejercicio. 

Así que lo que ya tenía dominado y hacía con los ojos cerrados, tuve que moverlo de nuevo: medir, pesar y contar para degustar.. Y claro este ajuste repercutió también en lo que Patty tuvo que aprender (desde una de sus tantas trincheras: la de ama de casa que prepara nuestros alimentos).

El médico que me opero y atendió me canalizó con este otro médico a partir de que iniciaba yo el proceso de rehabilitación física y el objetivo fue justo eso, acelerar el proceso de recuperación. El incidente (Infarto al Cerebelo) más el congénito descubierto en el corazón (Comunicación Interauricular, CIA, por sus siglas en español; ASD, por sus siglas en inglés; fuga en el carter como digo yo) en 10 días (de hospitalización con muchos estudios incluidos y cirugía mediante cateterismo para implantar un Amplatzer en mi corazón) debilitaron mi organismo, el mismo que fue fortaleciéndose poco a poco a lo largo de 9 años y medio a través de la práctica del running y buenos hábitos de descanso y alimentación. Todo se fue al caño en una noche, todos mis ahorros invertidos en el banco de la salud se fueron, pero gracias a haber “ahorrado”, hoy lo cuento y lo escribo.

Hoy que escribo estas líneas, me recuerdo recién salido del hospital con algo de tristeza porque de momento no tenía yo permitido hacer ejercicio (sólo parpadear, respirar y caminar) y me perdí muchas carreras que había yo preparado y en las que me encanta participar: 21K Star wars, SkyRace Iztaccíhuatl, 10K San Silvestre por citar algunas. En el mes de Diciembre aún con mucha incertidumbre sobre lo que sería de mí y mi organismo, en una de esas tardes en las que salía yo a caminar “por mi barrio” pensaba yo: “Dioses del Olimpo, denme una señal de que todo va a estar bien, por favor”; los que me conocen saben que estoy orate y medio, así que fui y busque la señal, no espere que cayera del cielo: corrí a lo largo de una cuadra, sólo para saber que algún día estaría de regreso. 

En cuanto me detuve preste atención a las señales de mi cuerpo (mi corazón particularmente) y al no sentir nada extraño ni dar un changazo a media calle, supe que si, que todo estaría bien.

Al principio, retomar la caminata fue un proceso de dolor, me dolían las piernas, al terminar me sentía yo cansado, en cuanto llegaba a casa estiraba y pensaba: “Pero si apenas hace un mes yo podía correr muchos kilómetros, ¿Por qué ahora me duele caminar?”, mi corazón y cabeza se llenaban de pensamientos y sentimientos de angustia y mucho pesar; lloraba por dentro por estar tan débil.

No soy de ideas fatalistas, pero como buen ser humano (todo alrevesado, no le aunque) a veces llegan a mi pensamientos negativos y como el que más, sufro, me acongojo, lloro en silencio y pienso en lo mucho que puedo afectar a mi entorno si me dejo abatir, porque ese también es un camino, claro el más fácil, ¡puf! Te llega de golpe el cansancio (los gringos le llaman el “burn out”) mental de todos los días batallar y de verdad, a veces ya no quieres más.

Cuando diseñe el plan 30-30 y el médico tratante lo aprobó fui el hombre más feliz, porque de a poquito tendría la oportunidad de fortalecer otra vez mi organismo, de llenar otra vez la alcancía de la salud que había quedado vacía.
No fue nada fácil, sólo caminar mucho y trotar poquito, peor aún, hacerlo en caminadora (una vez más: “por la boca muere el pez” y tuve que tragarme mis palabras aderezadas con un poco de salsa de soberbia y orgullo). No es que ahora ame yo a las caminadoras, pero al menos ya las quiero un poquito más.

Llegó Febrero y con ello el permiso médico de “hacer ejercicio sin restricción médica pero con moderación” (sin pasar del 80% de mi FC, como hasta ahora, confieso que ya he rebasado ese umbral en algunas ocasiones) y entonces el alma runner me volvió al cuerpo ese 21 de Marzo en los 11K de Rock ‘n’ Roll Series al poder completar la distancia con singular alegría y sentir nuevamente esa sensación del aire acariciando tu cuerpo, vivir nuevamente ese cúmulo de sensaciones que da participar en una carrera.

Pero antes de los 11K citados, Febrero fue pues, para entonces correr un poquito más, programar repeticiones en la mentada caminadora, correr con cierto ángulo de inclinación para dar fuerza a las piernas en general y acostumbrar de nueva cuenta a mis piernas y cuerpo en general a los mandarriazos que se reciben en cada zancada.

Marzo sirvió para entonces diseñar un buen plan de recuperación en lo muscular, las sesiones de gimnasio que al día de hoy hago, me devolvieron también la esperanza y la certeza de que todo iba viento en popa y mejoraría todavía más, vaya que he sudado, amanecer adolorido nuevamente por mover músculos se volvió gratificante. 2 días para tren inferior y 2 días para tren superior con trabajo de abdomen incluido los 4 días (¡Recuperé mi four pack!, el six pack…. ¡Está cañón!), además de lo que tocará de running acorde al plan del equipo que amablemente (y como casi siempre, diseño: Pedro García).

Abril marco el inicio de preparar en forma mi primer competencia del año, el 21K del día del padre, dicho sea de paso, mi médico nutricional (para distinguirlo del tratante) seguiría de cerca esté proceso con todo lo ajustado y mencionado en párrafos anteriores.

Alegría infinita durante todos estos meses, volver a entrenar con mi equipo los fines de semana, compartir con ellos kilómetros, volver a subir de nuevo al castillo, hacer pirámides de velocidad, trabajar en el proceso de convertir a "jícaras michoacanas" nuestras nylons haciendo trabajo de pierna y técnica de carrera, pero sobre todo, ver y saber que ahí están, listos y dispuestos a cuidarme y apoyarme, ¡Gracias bola de cabrones y cabronas!

Hoy 23 de Junio, con mucha alegría, un nudo en la garganta y ojito de Remi, puedo decir orgullosamente: “Lo  logramos”; los objetivos cumplidos fueron: regresar a las carreras con un muy buen 1:46:29 en los 21K (aunque si me canse y mucho), sintiéndome fuerte y muy contento;  recuperar esos 5 kilogramos de puro músculo; mantener niveles de todo a todo en rangos normales y de pilón perdí en general 2 kilogramos de grasa visceral.

Entonces, ¿Cuánto cuestan 5 kilogramos de músculo?

No lo sé, pero si sé que las ganancias de aceptar, aprender, informarse, ser paciente, ser ordenado y disciplinado tienen como recompensa estar de vuelta glaseando caminos.

Sigo trabajando en las secuelas que dejo el infarto, quizá no vuelva a ser el mismo que antes, pero lo estoy intentando y mientras lo hago cada día me siento maravillado y fascinado con lo magnifico que es nuestro cuerpo y su capacidad de auto-sanación y auto-protección, así como su funcionamiento.

Gracias a este par de médicos (tratante y nutricional) que han puesto lo mejor de ellos para atenderme, gracias a mi bella Patty por su cariño y cuidados incondicionales, gracias a mis hijas que siguen siendo mi inspiración, gracias a todos los amigos y familiares que han estado al pendiente durante todo el proceso, gracias a mi equipo Run and Run Team por todo lo que han hecho por mi y mi familia.

Desde lo más profundo y retorcido de mi corazón (y tripas que le acompañan), a todos, mi más sincero agradecimiento. Nos seguimos viendo donde siempre… ¡En La Meta!
Colocación de Amplatzer (¡Eeeeeeeh... ahora soy Iron Heart!)

Mi Gym, aquí se suda y mucho.

Así quedo mi choya (Infarto al Cerebelo, pero que bonitos ojos tengo, digo)

Fuga en el Carter.

Lo profundo y retorcido de mi corazón.

11K (¡Volver a vivir una carrera, magia pura!)

21K Día del Padre: Objetivo alcanzado.

Mi barrio.


La calle "de las señales"

Mis tripas retorcidas (Situs Inversus Totallis)